Casi cada año por estas fechas empiezan a llegar a nuestras costas gran cantidad de velella, forman grandes manchas en el mar de un color azul-violáceo. Esta especie de hidrozoo no es dañino para el ser humano, sus filamentos urticantes son muy debiles y no pueden traspasar nuestra epidermis, el principal inconveniente es que el mar los deposita en la costa y al descomponerse causa un olor muy desagradable. Su característica principal es su sistema de navegación, usa el viento para desplazarse mediante un apéndice que sobresale del agua y que hace de vela (de aquí le viene el nombre), mide aproximadamente unos 7 centímetros y es uno de los alimentos preferidos por las tortugas marinas.
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