Le hemos puesto este título al artículo porqué cualquiera que se haya construido una pala groenlandesa lo que más recordará, será las horas que se ha pasado lijando hasta ver terminado su trabajo, no obstante la satisfacción de ver algo salido de tus manos y que además funciona, te hace olvidar el esfuerzo.
Este ha sido el tercer taller de construcción de palas que se ha realizado en los locales de Menorca en Kayak y estamos convencidos que no será el último; en las últimas Jornadas que se realizaron durante el mes de Octubre pasado, tuvimos dos ejemplos de mucho peso dentro de este mundillo del kayak de mar, Javier Knörr y Manolo Pastoriza, ambos demostraron que donde llega uno con una pala europea se llega perfectamente con una pala groenlandesa y con la ventaja añadida de que el esfuerzo realizado es bastante más bajo, por lo tanto es perfecta para largas travesías, así como para la pesca ya que es sumamente silenciosa cuando se le ha cojido el tacto.
El viernes fué el primer día, se procedió a tomar las medidas de cada participante para adaptar la pala a su estatura y acto seguido se plasmaron los datos sobre los tablones de cedro rojo del Canadá que ya habían sido bien escuadrados y muy bien seleccionados, Carlos actuó como instructor pués ya tiene experiencia sobrada tanto como constructor y como palista. A partir de aquí empezó la aventura de conseguir darle forma a la madera y ver como poco a poco se conseguía que se transformara en una pala que de seguro dará muchas satisfacciones a los seis asistentes a éste taller.
Se han tardado tres días para dejarlas listas, pero el esfuerzo ha valido la pena, durante la semana se irán dando capas de aceite de linaza o de teka según convenga; alguno de los asistentes tendrá que visitar al fisio pués las agujetas harán acto de presencia y todos desean estrenarlas el próximo fin de semana.
PARTICIPANTES EN ESTE TALLER DE PALAS
LUCAS
JUANJO
BIEL
ROBERTO
DIDAC
MIQUEL
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